Si de películas románticas se trata yo no soy ningún experto en ellas, nunca me interesó ese tipo de cine, sin embargo no niego de ninguna manera que tengan su magia y es por eso que decidí ver una película que había visto en muchos lugares y pensé que algo debía tener de especial porque además muchas personas me hablaban de ella.

Me Before You es un cinta protagonizada por Emilia Clarke, Sam Caflin y dirigida por Thea Sharrock. La historia nos cuenta la vida de Louisa Clark una joven sumamente optimista, con muchos ánimos y entusiasta que decide cuidar un joven millonario que tenía una vida llena de lujos y mujeres, pero que luego de un accidente de tránsito queda tetrapléjico y condenado a vivir en una silla de ruedas donde apenas puede mover unos dedos. Al comienzo la relación entre ambos es sumamente tensa ninguno quiere ceder ante el otro demostrando de alguna forma la fuerza interior de cada uno, sin embargo a medida que se conocen esta tensión termina desvaneciéndose y surge una relación entre ambos.

Debo decir que el papel de Emilia Clarke me pareció muy gracioso, tenía unos comentarios muy extraños y unas ocurrencias como si todavía fuese una niña y no se parece en nada a su papel de Game Of Thrones como Khaleesi es una persona totalmente distinta en todos los sentidos, es decir no muestra ninguna mueca o comentarios que las pueda asemejar. Mientras que el papel de Sam Caflin es sumamente odioso y su arrogancia no permite que uno sienta aunque sea un poco de pena por su situación. Además tiene mucho parentesco con su interpretación de Finnick Odair en la saga de Hunger Games, no digo que sea malo, pero no estamos viendo algo nuevo por parte de él, ya que en ambas cintas es un chico con unos aires un tanto arrogantes, pero a la vez bromista.

Es interesante ver como la película comienza un tanto fuerte y poco a poco se va tranquilizando hasta que llega el momento en que los protagonistas se conocen y empieza a surgir una tensión que mantiene al espectador al tanto de querer saber que pasará, sin embargo la cinta vuelve a tomar aires un poco relajados  a lo largo de la película y sin que uno se dé cuenta poco a poco se empieza a crear un desenlace que termina siendo un golpe muy repentino y totalmente inesperado. Debo admitir que algo que me gustó de la película es que no ocurrió el típico cliché donde unos chicos se enamoran y evitan un acto que los mantendría separados, es más realista y se sustenta por el hecho de que uno de ellos no tiene razón para seguir viviendo, su vida se ha vuelto una miseria y es una tortura el no poder hacer las cosas que más le gustan, ahí es cuando uno empieza a interpretar el verdadero dolor del personaje.

A pesar de no ser una película apegada a mis gustos, debo admitir que no es mala y que al contrario es muy buena y entretenida para todo público ya que al final no estás viendo algo común y corriente sino algo que se apega más a la realidad de las personas y bien argumentado. Aunque el final puede ser algo un tanto chocante porque la pareja no termina junta no termina desencadenándose un drama tedioso.